Para volver a Martí no necesito justificaciones, ni que hoy sea el día en que esta tierra vio nacer a su hombre más universal. No le faltaron sufrimientos, pero tampoco amor para Cuba, para ser, para seguir…
Ya me habían conquistado antes estas palabras suyas:
Se va por la tierra andando como extraño y como loco, buscando seno donde reclinar la cabeza, labios donde poner los labios, hogar en que dar calor al corazón. Y se halla, y todo es bello de repente, y se abandona el espíritu a los placeres de la confianza, germen caliente reanima el perezoso jugo de las venas. No es amor la solicitud de los pensamientos, ni las vanidades de la mujer, ni los apetitos de la voluntad. Sigue leyendo