Por Eric Caraballoso Díaz
Nunca nadie tuvo tan bien puesto su nombre. Fina García Marruz es finura viva, sensibilidad y sencillez desgranadas en una mujer que es también toda poesía, toda dulzura y amor.
No hay pedantería en sus gestos, ni en sus palabras, ni en su limpia mirada: hay luz. Si uno la ve, sea de cerca o desde la lejanía de una foto, siente que la tranquilidad es posible, como la belleza, como el cálido abrazo de sus poemas que parecen decirnos al oído, casi en un susurro, las mayores verdades. Sigue leyendo